El ídolo cinematográfico asoma tras capas de color: Peter Valentiner escenifica un juego del escondite no sólo en su cuadro "Marlène" (1990). La forma se transforma en espacio, el color se hace luz, las superficies emergen o se hunden en el cuadro: con delicadeza y pasión, el artista, que vive en París y Colonia, irrita la vista. Para el espectador, siempre es atractivo exponerse a la atracción de estas obras, que se equilibran entre la fría pintura de borde duro y la expresividad barroca. La Galería Westernhagen (Bismarchstr. 33), que ha integrado firmemente a Valentiner en su programa, se enfrenta ahora a las "Composiciones indeterminadas" de los años 70 con nuevos complejos de marañas a gran escala. Un catálogo (30 marcos) creado especialmente para esta exposición traza ahora también minuciosamente la evolución del pintor, que comenzó con motivos políticamente plausibles en el espíritu de la revuelta del 68. (Hasta el 2 de junio; de martes a viernes, de 15.00 a 18.30 h.; sábados, de 11.00 a 13.00 h.)
Cultura de Colonia
Foto: Rosbach
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